Ganadería

Hocico rojo, pudiera ser Rinotraqueítis infecciosa bovina IBR

La rinotraqueítis infecciosa bovina (RIB), conocida también como hocico rojo, es una infección de las vías respiratorias superiores y de la tráquea, causada por el Herpesvirus 1 bovino (HVB 1), es una enfermedad del ganado bovino.

En el ganado vacuno, la infección puede adoptar diversas formas, que incluyen la respiratoria; la conjuntival; la vulvovaginitis pustulosa infecciosa que afecta al tracto reproductor caudal; los abortos endémicos; y la forma septicémica de los neonatos, que se caracteriza por encefalitis y necrosis focal en placas de la lengua.

La forma respiratoria es la más frecuente, pudiendo presentarse sola o en asociación con la forma conjuntival. Posteriormente, la enfermedad respiratoria generalmente se relaciona con el HVB 1.1, con las infecciones genitales causadas por BHV 1.2, y con la enfermedad encefalítica causada por el BHV 1.3

Se pueden presentar abortos de la vaca en asociación con alguna de las formas de la enfermedad, ya sea durante la enfermedad aguda, o bien, durante las semanas siguientes como consecuencia de la endemia. Parece ser que cada rebaño infectado tiene una forma predominante de la enfermedad pero, durante una endemia, algún animal puede manifestar signos de otras formas. La forma encefalítica tiende a afectar a los terneros de menos de 3 meses de edad que tienen escasa protección frente al virus, aun con los anticuerpos pasivos.

De igual forma que otros herpesvirus, el virus de la rinotraqueítis infecciosa bovina es capaz de reactivarse cuando las vacas infectadas con anterioridad, y que aun albergan la infección vírica, se estresan por enfermedades infecciosas, por transporte, por vacunaciones, o por
corticoesteroides.

La inmunidad derivada de la infección natural o de la vacunación tiene corta duración que probablemente no excede de 6 a 12 meses. La forma respiratoria de la RIB está asociada con morbilidad elevada, pero con baja mortalidad en los animales sensibles.

Las muertes rara vez son consecuencia de infecciones de RIB primarias o recidivantes, a no ser que exista una bronconeumonía bacteriana secundaria o una infección vírica concomitante con el virus de la diarrea viral bovina (DVB) o con el virus sincitial respiratorio bovino (VSRB).

El virus de la rinotraqueítis infecciosa bovina pone en peligro los componentes físico y celular del mecanismo de defensa de las vías respiratorias inferiores por dañar el transporte mucociliar, el estrato mucoso, y por infectar directamente a los macrófagos alveolares. Por esta razón, las infecciones de asociación pueden ocasionar una mortalidad elevada, debida al compromiso múltiple de la defensa de las vías respiratorias inferiores del hospedador y a la posible inmunosupresión, especialmente en el caso de infección concomitante con la DVB

A causa de que, en la actualidad, la mayoría de las vacas lecheras y los terneros son vacunados contra la rinotraqueítis infecciosa bovina, a veces los propietarios y los veterinarios pasan por alto o no consideran la posibilidad de esta infección durante los brotes respiratorios agudos o cuando aparecen abortos en el rebaño.

Síntomas clínicos rinotraqueítis infecciosa bovina IBR

Los signos clínicos de la forma respiratoria de la RIB incluyen: fiebre elevada de 40.5 a 42.2 °C; abatimiento, anorexia, respiración rápida (de 40 a 80 respiraciones/min), secreción nasal serosa abundante que se convierte en secreción mucopurulenta espesa en las primeras 72 horas de la infección; tos dolorosa; formación de una costra necrótica en el hocico; placas blancas visibles en la mucosa nasal, en la mucosa del tabique nasal y, a veces, en las ventanas externas de la nariz y en el hocico; a veces ulceración de la mucosas del hocico y de la oral; estertores traqueobronquiales debidos al exudado mucopurulento o a las membranas diftéricas existentes en la larínge y en la tráquea; también se informa de ruidos y estertores en las vías respiratorias superiores sobre ambos campos pulmonares (especialmente en la zona de los bronquios principales).

Aunque en ocasiones han sido observadas bronquitis y bronquiolitis, la mayoría de los casos no tienen patología pulmonar, a no ser que exista una bronconeumonía bacteriana secundaria.

La bronconeumonía bacteriana generalmente aparece en un plazo de 7 a 10 días después de la infección aguda de rinotraqueítis infecciosa bovina, en los casos en que las bacterias complican la infección vírica. Puede haber una mortalidad asoladora en los animales estresados, transportados o comprados recientemente que manifiestan síntomas de la infección de rinotraqueítis infecciosa bovina concomitante con la infección por el virus de la DVB, con la infección por el VSRB, o con la bronconeumonía por cepas extraordinariamente patógenas de Pasteurella haemolytica.

En brotes que aparecen en rebaños de animales adultos, parece que la enfermedad causa los signos más graves en las novillas de primer parto y puede afectar gravemente la producción futura de leche durante el resto de la primera lactación.

Los animales afectados manifiestan signos durante un período de 7 a 14 días y después de este tiempo curan, a no ser que exista una infección secundaria. Durante la infección aguda o en las 4 a 8 semanas siguientes puede haber abortos.

Aunque puede existir mortalidad de fetos en cualquier fase de la gestación, la mayoría de los abortos aparece en el segundo o tercer trimestre de la preñez.

La infección fetal directa o el estrés y la fiebre elevada pueden coadyuvar en los abortos.

La forma conjuntival a veces coexiste con la forma respiratoria y se caracteriza por inflamación intensa de la conjuntiva y secreción ocular serosa unilateral o bilateral que se vuelve mucopurulenta en un plazo de 2 a 4 días, además, en la conjuntiva palpebral se pueden ver a simple vista placas multifocales decolor blanco formadas por linfocitos y células plasmáticas.

Algunas vacas también tienen edema en la córnea periférica pero no existen ulceraciones. De vez en cuando, durante o poco después de un brote de rinotraqueítis infecciosa bovina en vacas adultas, se pueden observar terneros neonatos con la forma encefalítica de la RIB o con una placa necrótica en la superficie ventral de la lengua.

Categorías:Ganadería, Productores, Razas, Salud Animal

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